martes, 30 de diciembre de 2008

Antes de la salida.

Hola a todos. En este blog pretendo escribir todo lo que me venga a la cabeza, me sorprenda, me choque o me encante de la Gran Manzana. Ya sabéis que hasta este verano pasado nunca había salido de Europa, aunque sí he hecho lo posible por conocer el Viejo Continente. Pero cruzar el Atlántico es para mí del todo novedoso, y lo es mucho más la intención de pasar un año al otro lado.

En este tiempo de preparación he recibido de amigos, familiares y conocidos todo tipo de informaciones de lo que me espera, muchas de ellas contradictorias entre sí y he leído todo lo que ha caído en mis manos sobre la ciudad, su historia y sus costumbres, de Rem Koolhas a don Fernando Chueca, de Walt Whitman a la Guía Lonely Planet. Pero tengo la sensación de que todo eso no me valdrá para mucho en el momento que me plante ahí. Me he encontrado que esa ciudad tiene muchos admiradores y pocos pero enconados detractores. Algunos aman su contaminación y aborrecen de su arquitectura, otros detestan su nada halagüeño clima o se vuelven locos con sus posibilidades culturales. Me ha llegado que es una ciudad barata y prohibitiva, que es amable y que es una jungla...pero lo que no he encontrado es ninguna visión indiferente o neutral.

Nueva York se presenta, pues, ante mí como una incógnita, proteica y difícil de domar.

Vamos allá.