Estos americanos, todo lo tecnológicos que dicen ser, tienen, sin embargo, sus “cosillas”. Lo cutre, lo destartalado y lo chapucero surgen a cada paso. No os creáis lo que os venden la pelis: para ayudar a superar nuestros complejos patrios, allá van...
CUATRO MUESTRAS DE RETRASO TECNOLÓGICO EN LOS EEUU:
1- Prácticamente no hay escaleras mecánicas, y las pocas que hay, en algún centro comercial (en Macy´s son tan antiguas ¡que son de madera!) y en dos o tres estaciones de metro, no las saben utilizar. Nada de ponerse a un lado para que pasen los que quieran andar: se quedan ahí agolpados y ocupando todo el ancho, parados como bobos y mirando como ese artefacto les sube por arte de magia.
2- (Aviso, lo que viene es bastante escatológico). Los retretes están mal dimensionados, y el conducto de salida es más estrecho que lo que debiera, lo que hace necesarios junto a la escobilla unos aparatosísimos desatascadores de mango largo que estan presentes en todos los cuartos de baño.Además tampoco les ha llegado la alcachofa de ducha extensible: todas las que he visto son fijas al techo, lo que obliga a ejercicios gimnásticos para la higiene de determinadas zonas. Por supuesto, de bidé ni hablamos, hay que ahorrar espacio.
3- Los ascensores no tienen espejo. Algo tan sencillo y a la vez tan útil. ¿Qué se puede hacer mejor en el tiempo perdido en un ascensor que aprovechar para comprobar si uno está bien peinado o lleva la camisa desabotonada? Pues, nada, aquí todos a mirar al suelo.
4- Se ve que los europeos tenemos una sensibilidad hacia la solidez de las construcciones que habitamos que los americanos no heredaron. Yo lo achaco a que empezaron a hacer las casas de madera y ya se acostumbraron a que todo vibrase y se tambalease, y hasta hoy. El caso es que aquí se considera normal que los suelos (los forjados) vibren en tu casa, en un restaurante fino o en una plaza pública ya sea cuando pasa un camión, el metro o cuando alguien da un salto al lado tuyo. En un parque cercano al World Financial Center el césped está plantado sobre una losa y los que la hicieron no se molestaron en calcularla para que diese la impresión de que trataba de terreno natural: cuando pasa alguien corriendo a tu lado, el suelo retumba como un tambor dando una sensación de lo más cutre...
Otro día, más.
Oye, me muero de ganas de ver un Paternoster en funcionamiento. Queda alguno de esos por alli? Puedes hacer un video o una foto? Yo me iria hasta alla solo por montarme en uno, tiene que ser mejor que montar en burro por el Alabaizin.
ResponderEliminarEl Khalifa
Pues sería la típica cosa que no me extrañaría que quedase por aquí, pero no he visto ninguno, la verdad.
ResponderEliminarPero hombre, no te voy a dejar con las ganas...consultado el oráculo (Google) parece ser que quedan unos cuantos dispersos por el mundo.
Uno en Londres: http://www.youtube.com/watch?v=OXSnNzGJDdg
Y en Viena, y en Hamburgo, y en Praga...
http://www.youtube.com/results?search_query=paternoster+ascensor&search_type=&aq=f
¡Hala! ¿Contento?
Por cierto, los elfos son los ayudantes de Papá Noel en la mitología moderna del personaje. Otro día hablaré sobre el ascendente neoyorquino de Santa Claus, que lo tiene.
Claro, como que antes de ser Nueva York fue Nuevo Amsterdam. (en Holanda San Nicolás es una tradición muy arraigada) Es por eso, ¿no primate?
ResponderEliminarIshtar
La veneración a San Nicolás, obispo de Mira (Anatolia), en sus hábitos eclesiales,desembarcó en Nueva Ámsterdam con los primeros holandes. El santo tenía entre sus méritos haber regalado de forma anónima la dote a dos hermanas que no se podían casar por falta de recursos monetarios. Una vez en la ciudad, ya bajo el dominio inglés, fueron evolucionando la tradicion y la imagen del santo, especialmente de la mano de dos escritores, el primero de ellos Washington Irving, que fue quien inventó el término Santa Claus como deturpación del díficil de pronunciar Sint Niklaas. El personaje tuvo dos vertientes: para unos fue engordando (tal vez por el exceso de perritos, pizzas y sirope de maiz), y convirtiéndose en un personaje bonachón y borrachín, de nariz roja y carcajada fácil. Para otros se fue encogiendo y convirtiéndose en un duende de verdes vestimentas y gorro puntiagudo. El mayor responsable de la iconografía posterior fue Clement Clarke Moore con su poema "'Twas the Night Before Christmas", en el que aparecen el trineo con los renos, la chimenea, la carcajada y otros atributos que el personaje ya no perdería jamas.
ResponderEliminarFue, como es generalmente conocido, la Coca Cola la que en una serie de campañas publicitarias consecutivas le hizo adoptar los colores corporativos de la empresa, el blanco y el rojo, fijados ya para siempre en la estetica del pobre Nicolás, que para entonces estaba revolviéndose de forma convulsa en su tumba allá en la lejana Turquía.
Como curiosidad, en la tradición holandesa San Nicolás viene acompañado de su criado negro, y a los niños malos, en vez de darles carbón les manadan para España, por aquello del Duque de Alba y los Tercios de Flandes...
El Primate dijo...
ResponderEliminarClement Clarke Moore, por cierto, tenía una hacienda cuyos terrenos abarcaban lo que hoy es el barrio de Chelsea, desde donde escribo este comentario.
Aquí el poema:
http://www.carols.org.uk/twas_the_night_before_christmas.htm
Hace tiempo vi un cuadro del Renacimiento de varias tablas que contaban la vida de San Nicolás, y ya llevaba una capa roja con los puños y el cuello blancos. Siento no recordar ni el título, ni el pintor ni nada (de hecho no recuerdo ni en qué viaje fue, espero no haberlo soñado), pero me llamó la atención por lo de los colores, había oído eso de que la Coca-cola le vistió con los colores corporativos, pero esa manera de representarle debe de ser anterior y la empresa lo aprovechó en su beneficio. De hecho cuando vi el cuadro lo que había oído es que era un duende verde de la mitología hasta que la perversa Coca-cola lo transformó en el personaje que hoy conocemos (!¡).
ResponderEliminarJorge.
Hombre, esa versión que te contaron está un poco deformada, ¿no? :-D.
ResponderEliminarNo es raro que una de las múltiples vestimentas de San Nicolás, también llamado de Bari, en la iconografía antigua fuese rojo y blanco. Los obispos visten de muchas combinaciones de colores (http://www.aciprensa.com/liturgia/images/papa.jpg), y como tal en cuadros antiguos se le puede ver de blanco (el alba) con amarillo, verde, morado, rojo... Pero no tenía un color oficial, cada pintor le ponía el que le venía en gana. También hay representaciones modernas del santo que las que no se resisten a darle un "toquecito" de Papá Noel.