miércoles, 18 de marzo de 2009

Dos días (y medio) en Nueva York.

Ese es el tiempo que llevo ya aquí, y se me hace evidente que el famoso número musical que puse en la anterior entrada se enmarca claramente en el género de la ciencia-ficción. Independientemente de que no he visto todavía ninguno de los lugares a los que van Gene Kelly y Sinatra, la escala de la ciudad hace que sea físicamente imposible abarcarlos todos en un día. Mis primeros pasos aquí han sido agotadores, frenéticos, un poco surrealistas y sólo ahora tengo un momento de respiro para escribir aquí, cosa que he tenido en mente desde el primer momento.

Lo que me pasó por la cabeza los primeros momentos es difícil de resumir en pocas líneas, fue una confusa amalgama de sentimientos contradictorios, asombro, miedo, entusiasmo y agotamiento. Tal vez lo mejor es que ponga un extracto de uno de los poquísimos correos que he podido escribir a la llegada. Una de las sorpresas fue que Manhattan no tiene locutorios ni ciber cafés, ni cabinas de teléfono, que uno piensa que debería de estar plagado. Aquí todo el mundo tiene su Iphone su su agenda con internet, su netbook o como diablos se llame, pero el tema es que andan conectados y con móvil todo el rato, y las pocas cabinas están abandonadas y vandalizadas, además de que el sistema de tonos es rarito, y de que la única que encontré que funcionaba y eso fue ayer, se tragó tres monedas antes de conseguir que me diese el tono...de comunicando. Bueno, ahí va el extracto:

"...esto es alucinante, y no tanto por los rascacielos que no me han impresionado nada, con todo lo que dice la gente, sino por el bullicio, la mezcla racial, los judíos ortodoxos, los negros, los hindúes, los taxis inmensos y los puestos de comida humeantes en las calles, la gente jugándose la vida por cruzar en rojo. Realmente...no es bonito, es muy cutre, y huele a comida y a pis por las calles (no por todas, claro) pero tiene eso gustillo destartalado, cool y moderno a la vez de Berlín, elevado a la décima potencia.

El cutrerío se mezcla con el glamour y con algunas cosas tremendamente tópicas de los yanquis, y hoy, sin hacer turismo, solamente con la lengua fuera, he visto el rodaje de una serie de televisión a lo grande en la calle, varias limusinas inmensas en hoteles de lujo con fotógrafos, unos (y no exagero) 80 o 90 coches de policía tocando la sirena a la vez formando un bloque compacto por la calle, y me ha dado para ver que Central Park tiene una pinta increíble...Lo que son las cosas, a priori no me llamaba la atención, no me lo imaginaba un parque tan delicado, y sí lo es."

1 comentario:

  1. Ayyy Albertito, te imagíno perdido por las calles de New York, jejeje...madrrre miiia.

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