lunes, 2 de marzo de 2009

La cosa se define...

Ya tengo fecha.

Es aproximada, pero en torno al 13 de marzo estaré volando a Estados Unidos. Supone casi un mes de retraso respecto a lo previsto, pero con estos temas hay que tener paciencia. El jueves que viene paso el último trámite en la Embajada, y la cosa ya no tendrá vuelta atrás.

La primera anécdota neoyorquina me ha pasado estando todavía en Madrid: Llegando a la puerta de la casa de un amigo que vive por Lavapiés nos encontramos con una señora que resultó vivir puerta con puerta con él.. La conversación fue más larga pero se puede resumir así:

-¡Ah!, ¿Es usted mi vecina?
-Sí, no nos conocíamos... es que mi marido y yo venimos muy poco: realmente vivimos mucho tiempo en Nueva York
-¡Vaya! Yo voy a ir a trabajar ahí en breve ¿Y ahora se han venido a vivir aquí?
-Bueno, realmente no, aunque nos hemos vuelto de NY. Están las cosas mal con la economía ahí...y en mi gremio, más: soy arquitecta
-¡Qué casualidad, nosotros también!
-¡No me diga! ¿Y dónde va a trabajar?
-En una empresa llamada X.
-¡Hombre! ¡Enrique X! ¡Si es amigo mío!

Así que la vecina de mi amigo, así, de casualidad, resulta ser una manhattanita de hace más de 30 años y conoce a mi futuro jefe. Ella y su marido son unas personas encantadoras y me van a echar una mano muy de agradecer presentándome a unos amigos suyos que me pueden facilitar el tema del alojamiento inicial, entre otras cosas.

Al día siguiente quedamos en casa de mi amigo y estuvieron contándome cosas de la historia de la ciudad, y algunos aspectos prácticos. Os destaco uno que me resultó curiosísimo: Para viajar por las ciudades de la Costa Este parece ser que el medio más económico y popular es...el Chinatown Bus. Varias pequeñas empresas de autobuses que surgieron para conectar los Chinatown de todas las ciudades importantes, para que los chinos puedan visitar a sus familias y tratar sus negocios, fundamentalmente entre Washington, Boston y Nueva York. Como el negocio ha sido próspero y ya no sólo los chinos lo usan sino todos los que no tienen ganas de pagar mucho por viajar, les están haciendo la competencia...¡los judíos ortodoxos! Con sus propios autobuses conducidos por señores con sombrero negro y largos aladares, han creado su particular Hasidic Bus. Parece ser que les están quitando clientes, porque éstos no empujan al personal para que se siente en su sitio asignado, hablan inglés correcto, y hasta ponen una peli para el viaje. Solamente tienen una pega, y no es poca: no funcionan los viernes por la tarde ni los sábados.

1 comentario:

  1. Eh, todo esto es demasiada casualidad. Tú ten cuidado, que en los Estados Unidos el espionaje industrial está desarroladísimo, seguro que esas dos encantadoras personas eran peligrosos agentes de la competencia. ¿Y te han dicho que la mejor manera de viajar es subirse a un autobús de judíos ortodoxos que seguro que casualmente pasa por tu calle? ¡Alberto, no te subas!

    ResponderEliminar